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La Civiltà Cattolica cumple 175 años

Papa Francisco: «Un servicio inteligente a la Iglesia»

«La feliz conmemoración de los 175 años de vida de La Civiltà Cattolica me ofrece la oportunidad de dirigir un saludo lleno de buenos deseos al colegio de escritores y a la comunidad religiosa que colabora en las distintas fases de la publicación. Agradezco junto a ustedes al Señor por estos años durante los cuales la revista ha acompañado a tantas generaciones, como una presencia amiga, ofreciendo valiosas orientaciones para interpretar los acontecimientos del mundo a la luz de la fe». Con estas palabras del papa Francisco comenzó la ceremonia de conmemoración del 175º aniversario de La Civiltà Cattolica, celebrada en Villa Malta, Roma, el 1 de abril de 2025, con la presencia del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella.

Mensaje del Papa Francisco a La Civiltà Cattolica por el 175° aniversario de la revista

En su mensaje enviado al director de la revista, el padre Nuno da Silva Gonçalves S.I. —escrito desde el Policlínico Gemelli el pasado 17 de marzo—, el Papa quiso expresar su «vivo aprecio por el inteligente servicio que prestan a la Santa Sede y a la Iglesia, en el ejercicio de una labor periodística que fomenta el respeto riguroso por la verdad, dando espacio al debate y al diálogo. Los animo a continuar su labor con alegría, mediante un buen periodismo, que no se adhiere a otra causa que no sea la del Evangelio, escuchando todas las voces y encarnando esa dócil mansedumbre que hace bien al corazón».

Una «conmemoración importante», subrayó el director de La Civiltà Cattolica, para una revista que ha atravesado épocas cruciales, desde el Risorgimento hasta hoy. «El papa Francisco nos ha compartido en varias ocasiones su pensamiento sobre la revista. Al encontrarse con el Colegio de escritores en 2017 —recuerda Gonçalves— afirmaba: “Una revista es verdaderamente ‘católica’ solo si posee la mirada de Cristo sobre el mundo, y si la transmite y la testimonia”». El padre Arturo Sosa S.I., Prepósito General de la Compañía de Jesús, habló de una publicación que «ayuda a percibir y comprender mejor los signos de los tiempos». Para el padre Sosa, La Civiltà Cattolica «permite entablar un diálogo con una sociedad que vive un cambio de época intenso y complejo, contribuyendo, junto a muchas otras personas e instituciones, a la necesaria reconciliación entre los seres humanos de toda clase y condición, con el medio ambiente —para convertirlo en una casa común bien cuidada— y con el Señor, que entregó su vida para que todos la tengamos en abundancia».

En su intervención, el Secretario de Estado de Su Santidad, el cardenal Pietro Parolin, quiso recordar cómo a lo largo de los años La Civiltà Cattolica ha «acompañado y sigue acompañando de cerca la enseñanza pontificia en sus diversas formas: la difunde, la interpreta y la hace accesible. Y también los Papas, de diferentes maneras, más o menos directamente, han acompañado la vida de la revista con peticiones, orientaciones y sugerencias». Un largo recorrido que ha atravesado incluso momentos históricos en la vida de la Iglesia, como el Concilio Vaticano II. «Para conmemorar el cuaderno número 3000 de la revista, san Pablo VI —que la conocía bien— recibió en audiencia al Colegio de Escritores el 14 de junio de 1975 —recordó Parolin—. En el discurso que pronunció, subrayó cómo La Civiltà Cattolica había participado de cerca en los sufrimientos del siglo, interpretando sus corrientes, señalando sus desviaciones, discerniendo los elementos positivos, con respeto por los hombres, sí, pero con un respeto aún mayor y necesario por la verdad». Parolin también citó a san Juan Pablo II quien, al recibir a los escritores de La Civiltà Cattolica el 5 de abril de 1982, «reiteró que, incluso en un contexto de pluralismo ideológico y de diálogo, el compromiso de la revista debe seguir siendo el de distinguir cuidadosamente entre la verdad y el error, de modo que siempre sea formadora de conciencias rectas».

Para el cardenal Parolin, «la Santa Sede no puede sino apreciar y agradecer a la Compañía de Jesús por este compromiso competente y generoso. La Civiltà Cattolica ha narrado la vida eclesial y social, política y cultural, tanto italiana como internacional, durante los 175 años que hoy evocamos. Sus posturas han sido un punto de referencia para muchas generaciones de católicos, pero también los no católicos la han seguido y la siguen para comprender mejor las prioridades, las posiciones y las motivaciones de la Iglesia. Tengan siempre presente esta tarea tan importante de acercar mundos que tienden a alejarse, muchas veces porque no se conocen o se conocen mal. El conocimiento recíproco es la base para la colaboración en aquello que podemos compartir, en particular el respeto por la dignidad humana en todas las circunstancias y la promoción de la justicia y la paz». Finalmente, Parolin recordó el compromiso que el mismo papa Francisco ha solicitado en varias ocasiones a la revista. «Permanezcan presentes en las fronteras y en los cruces de caminos, atrévanse a abrir nuevos senderos —concluyó Parolin—. No teman navegar en mar abierto y esfuércense por descubrir y dar a conocer signos de esperanza en un mundo que tanto los necesita».

Quien se interrogó sobre el «secreto» de la longevidad de La Civiltà Cattolica fue el profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio. Con un recorrido por los artículos y las figuras históricas de la revista, su intervención permitió comprender los cambios que han acompañado la publicación desde 1850 hasta nuestros días. «Pero ¿cuál es el secreto de su continuidad y actualidad? Mucho se ha dicho, pero yo diría que el primer punto de este secreto, el primer aspecto, está en el sujeto: el Colegio de Escritores, generaciones que cambian, sensibilidades diversas, todos jesuitas, corresponsables de lo que se publica, tanto que hasta 1933 los artículos no se firmaban. El Colegio, erigido como Instituto Pontificio por Pío IX, no es solo una redacción, sino una comunidad dedicada a una empresa».

Para Riccardi, el secreto radica también en la «geografía de sus referencias declaradas: fe católica, Iglesia y Papa. La autonomía de un grupo pensante garantiza su vitalidad. Su cercanía al papado la arraiga en las preocupaciones y visiones de los Papas, y la convierte en un observatorio que, entre los siglos XIX y XXI, ha ampliado su mirada desde Italia hacia Europa y el mundo. Cambian las formas de contacto entre las revistas y los Papas, pero esto sigue siendo su referencia primordial».

La revista, subraya Riccardi, «no es elitista, aunque esté pensada y fundada sobre el estudio. La revista es militante». Y uno de los temas sobre los que más ha intervenido es el de la paz. Según Riccardi, La Civiltà Cattolica «es la voz del Papa sobre la paz y la guerra. Con Benedicto XV durante la Primera Guerra Mundial, con Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial, con artículos muy importantes, pero también durante la guerra en Irak, cuando las palabras de Juan Pablo II contra esa guerra parecieron edulcoradas por los medios católicos italianos. La Civiltà Cattolica siempre ha reflejado la radicalidad de la visión de paz del Papa». Para el fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, «La Civiltà Cattolica expresa un cristianismo en la historia, confrontado con los temas emergentes, razonando sin miedo —decía un lector de La Civiltà Cattolica, Antonio Gramsci— “en este mundo grande, terrible y complicado”». Una contribución que redescubrimos como cada vez más decisiva, porque —decía Pablo VI, y hoy es aún más vigente— el mundo sufre por falta de pensamiento. Gracias, entonces, a los padres de La Civiltà Cattolica, que nos han ayudado a comprender mejor este mundo, nos han estimulado a pensar y a vivir una fe reflexionada».

El director de «La Civiltà Cattolica», P. Nuno da Silva Gonçalves, S.I., saluda al Presidente de la República, Sergio Mattarella.

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